A menudo olvidado en los tratamientos estéticos, el cuello puede presentar bandas musculares conocidas como bandas platismales, que son más visibles al estirar la piel y suelen notarse en personas delgadas. La aplicación de toxina botulínica en esta área reduce la actividad muscular, logrando un cuello más suave y terso, mejorando así la apariencia general y brindando un aspecto más juvenil.
Cuello estilizado
El tratamiento con toxina botulínica para el cuello es una opción estética cada vez más popular que aborda las bandas platismales, esas líneas musculares que pueden aparecer en la piel del cuello, especialmente en personas delgadas.
Con el tiempo, la musculatura del cuello puede volverse más prominente, generando un aspecto que muchas personas consideran indeseable, ya que estas bandas son más visibles cuando se estira el cuello o se sonríe.
Este tratamiento consiste en inyectar pequeñas dosis de toxina botulínica en las bandas platismales, lo que disminuye su actividad muscular y suaviza la piel del cuello.
El procedimiento es rápido y mínimamente invasivo, con resultados que suelen ser visibles en pocos días y pueden durar de 3 a 6 meses.
Además, al relajar los músculos responsables de estas bandas, el tratamiento no solo mejora la apariencia del cuello, sino que también contribuye a una sensación de firmeza y juventud en esta área a menudo olvidada.
Con la toxina botulínica, los pacientes pueden disfrutar de un cuello más terso y suave, lo que les permite presentar una imagen más armoniosa y renovada.
Es importante realizar el tratamiento bajo la supervisión de un profesional calificado para asegurar resultados óptimos y minimizar riesgos.